viernes, 28 de septiembre de 2012

Especial Distopías: Conclusiones


   Para terminar este mes distópico especial, primer mes temático del blog, quería hacer una entrada sobre las impresiones que me ha dejado.

   Es, como digo, la primera vez que dedico durante un mes, el blog a un solo tema. Ha sido planeado, así que muchas lecturas son de meses anteriores, pero de otra manera no podría haberlo hecho. Me ha gustado mucho reseñar tantas distopías seguidas (que, bueno, no han sido un millón, me habría gustado incluir alguna más, pero es un género recurrente para mí, así que las traeré más adelante), y preparar la entrada explicando lo que es el género.

   Me ha encantado la acogida por vuestra parte a este tema. Me daba un poco de miedito que no tuviese aceptación porque, a fin de cuentas, sin comentarios el blog realmente no es nada, y aunque muchos empezamos haciéndolo por nosotros, realmente seguimos por los lectores que tenemos. Es una verdad blogoversal :D

   Como conclusión, después de haber leído unas cuantas distopías seguidas (más o menos), y haber investigado un poco sobre el tema, quería dejar un pequeño apunte. Y es que el distópico es un tema muy recurrente, que, al igual que pasa con otros géneros literarios, puede modelarse al gusto de cada cual (hasta cierto punto) y que se reinventará a sí mismo. No lo considero un género en sí mismo, sino un tema, que puede darse dentro de géneros como la ciencia-ficción, la novela realista, el drama… Todo depende de quién escriba y del enfoque que quiera darle. Sí que es verdad que casi siempre va unido a ciencia-ficción, pero quizá porque es la excusa para criticar la sociedad sin los problemas de censura que había en los 50 y 60, época en la que proliferó la distopía en literatura.

   Podría hacer una clasificación de los tipos de distopías pero seguro que se quedaría obsoleta enseguida. Aún así, me voy a arriesgar: 

   - Distopías políticas, en las que lo distópico viene dado por el tipo de Gobierno totalitario. (1984, de George Orwell)

  - Distopías naturales, en las que la naturaleza, el clima, se ha visto muy afectado por algo y se vive muy, muy mal. (El rebaño ciego, de John Brunner)

   - Distopías corporativas, en las que son las empresas o una empresa la que domina el mundo. (Johnny Mnemonic)

   - Distopías sociales, en las que ha sido la propia sociedad la que se ha ido pervirtiendo sin un gobierno  o empresa que haya dictaminado nada (Gattaca)

   - Distopías post-apocalípticas, en las que el mundo ha sufrido un desastre irremediable y la civilización ha desaparecido. El sálvese quien pueda es el orden del día. (La Carretera de Cormac McCarthy)

   - Distopías juveniles, que pueden responder a alguno de los temas arriba mencionados, pero que suelen primar los sentimientos por encima de la parte distópica. (Juntos, de Ally Condie

   Por supuesto, esta clasificación es personal, aunque en la entrada de wikipedia en inglés han hecho algo parecido. No lo he mirado para hacer la mía, pero podéis consultarla aquí si queréis. 

   Así que ya está. Ha terminado el primer mes temático del blog y espero que no el último. Confío en que hayáis disfrutado tanto como yo preparándolo. Igual más adelante repito esquema con  otro género, pero de momento, seguiré publicando reseñas como habitualmente. 

   Os he dejado una encuesta en un gadget lateral, por si más adelante (mucho más adelante) os gustaría que hiciera otro mes temático. A mí me apetece, la verdad, pero si os habéis aburrido soberanamente, tampoco vamos a forzar las cosas. Aún no tengo claro de qué lo haría (terror, teatro...), ni cuándo, así que votad, y entre todos decidiremos. 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Starters, Lissa Price

Autora: Lissa Price
Editorial: Destino
Número de páginas: 272
Saga: Starters #1
Precio: 16,95 €


Sinopsis: Tras la guerra de las esporas, sólo quedan dos tipos de personas: los starters, niños y adolescentes; y los enders, ancianos. La ciencia permite que los enders vivan hasta los 200 años, pero algunos quieren rememorar su juventud y la empresa Destinos de Plenitud les permitirá alquilarles el cuerpo a los starters, a cambio de una bonificación económica. Callie se prestará a ello, pero pronto descubrirá que tras esa aparentemente afable e inocente empresa se esconde algo muy turbio.




   No quería terminar el mes distópico sin reseñar una novela juvenil, ahora que están tan de moda las distopías juveniles. Escogí concretamente esta porque le tenía muchas ganas y al final, han sido un fiasco tremendo.

   La narración es sencilla, descriptiva, en primera persona del pasado. No hay grandes artificios, ni descripciones deliciosas, es simplemente una narración y ya está, algo que cualquiera con un poquito de maña podría hacer.

   La trama evoluciona de una forma rara. Creo que se han abarcado demasiadas cosas diferentes, aunque la autora pretenda que es todo de lo mismo, y al final, quien mucho abarca poco aprieta. La trama se va diluyendo, está llena de Deus ex machina, un recurso que en las antiguas obras grecolatinas estaba muy bien pero que en las novelas actuales no me gusta un pelo. Hay cosas que pasan un poco porque sí, bien para hacer avanzar la trama (cuando ésta debería avanzar de forma natural) o bien para dar pena al lector. No quiero ahondar en detalles pero hay alguna parte que me ha parecido tremendamente forzada en ese sentido.
Lissa Price

   No he conseguido empatizar con ningún personaje. Es más, no me parecen creíbles. Ni Callie, que es la voz que nos narra la historia, ni la gente de Destinos de Plenitud, ni su hermano… Nadie. Sí, ella te asegura que son de una determinada manera, pero, ¿las pruebas? Personalmente, no me creo a un personaje sólo porque me diga “pues soy valiente”, demuéstralo y me lo creeré. Me han parecido planos no, lo siguiente. Y el forzadísimo triángulo amoroso (¿cuadrado?), que ya sale hasta en la sopa. Honestamente, a esta historia no le pegaba, podría haber sido igual de difícil con un solo chico, y habría ganado puntos.

   Algo así me pasa con los diálogos, que no son nada creíbles. Callie se despierta durante el alquiler de su cuerpo y se hace pasar por su arrendataria, y supuestamente, los enders y los starters hablan diferente… No sé si se habrá perdido en la traducción, pero eso es una de las muchas cosas que se dicen pero que no se muestran en el libro. No hay diferencia en las palabras que utiliza un ender con las de un starter.

   La parte distópica es floja, muy floja. Ha habido una guerra y los adultos han muerto en ella, por eso, los adolescentes que no tengan abuelos que cuiden de ellos, malviven en las calles o son internados en centros que son peores que el infierno. ¿Por qué son tan malos? Pues porque Callie lo dice…

    Me ha faltado fondo y forma en este libro. Fondo, por la historia que cuenta, que no sabe llevar una trama de acción, que se pierde en detalles insignificantes y que, por si fuera poco, se termina precipitando y cayendo en un final forzadísimo. Forma porque está escrito de forma bastante mediocre.

   En definitiva, una novela distópica juvenil que se ha subido a la moda que hay ahora, que vende tanto, y que está pervirtiendo el género. Absolutamente prescindible, y totalmente olvidable. No es terrible leerla, entretiene, pero no va a dejar ninguna huella en mi existencia lectora. 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Distopías en el cine

Los mundos oscuros de las distopías no sólo han cobrado vida en el mundo de la literatura. En el ámbito cinematográfico, el género de la ciencia-ficción se ha visto ocupado por una gran variedad de películas con argumentos distopicos, ya sean adaptaciones de novelas o historias completamente nuevas. En este post hablaremos de unas cuantas destacadas.

Ya desde los inicios del cine, podemos ver historias con elementos distópicos. Una de las primeras películas de ciencia-ficción, y todo un clásico del cine, es precisamente una película distópica, Metrópolis. La obra maestra de Fritz Lang, nos muestra un mundo futurista en el que los ricos viven en grandes rascacielos, mientras que el proletariado vive condenado a trabajar constantemente bajo la superficie de las ciudades para satisfacer a los privilegiados. Aunque la película fue mal recibida en su momento, pues entonces se tenía una visión optimista del progreso, se ha terminado convirtiendo en todo un referente. Cualquiera podría ver un símil con una de las más famosas historias distópicas, La máquina del tiempo, en la que también tenemos a la casta de trabajadores viviendo en un mundo subterraneo, convertidos en monstruos, pero las historias son totalmente distintas.

Una de las distopías cinematográficas que más éxito ha tenido y es gran conocida entre el gran público, es Battle Royale. Dificilmente no habréis oído hablar de ella o no la habréis visto, pues fue un gran éxito. Se trata de una película que muestra un mundo en el que la juventud ha llegado a tal extremo de salvajismo, que cada año una clase de instituto es elegida para ser llevada a una isla en la cual, los estudiantes tendrán que luchar entre ellos durante tres días o hasta que sólo quede uno. Si queda más de uno pasados los tres días, todos mueren. Esta película también se ha convertido en todo un referente, y hemos visto distopías parecidas como Los Juegos del Hambre, con una premisa similar.

Un tipo de distopía que ha tenido también bastante éxito en el cine es en la que se discrimina a ciertos individuos por determinadas razones. Una película con un argumento como este es Gattaca. En el mundo de Gattaca, la gente es diseñada genéticamente para ser casi perfecta, pero si tienes la mala suerte de no haber nacido así, seguramente serás relegado a un puesto de trabajo menor y sin ninguna oportunidad de prosperar, mientras los demás tienen todas las oportunidades de éxito aseguradas.

Otro elemento distópico que ha tenido variedad en el cine es el mundo en el que la cantidad de gente ha llegado a tal número que es difícil aguantar la situación. Tenemos así clásicos como Soylent Green -el horrible título en castellano es Cuando el destino nos alcance-, película en la que las grandes masas de gente se acumulan en las ciudades sin apenas dejar espacio, y acabando con los recursos de comida, lo cual lleva a la fabricación de alimentos especiales hechos con ingredientes, digamos, peculiares, mientras los ricos pueden alimentarse con lujos como carne o verdura; o 1997: Rescate en New York, en la que la cantidad de delincuentes ha llevado a que Nueva York se haya convertido en una tremenda cárcel en la que los delincuentes han creado su propia sociedad.

A la hora de hacer esta entrada me he dado cuenta de que la cantidad de distopías en el cine es demasiado grande, así que termino recomendando algunos clásicos como La fuga de Logan, Blade Runner o 1984 -de las que ya se ha hablado en la sección literaria-, o curiosidades como Robocop, o Dredd.

Como podéis ver, las distopías han estado en el cine casi desde el principio, lo menos que podemos hacer nosotros, es disfrutar de estas oscuras visiones del futuro, y rezar porque nunca se hagan realidad.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La fuga de Logan, William F. Nolan y George Clayton Johnson

Título original: Logan's Run
Autores: William F. Nolan, George Clayton Johnson
Editorial: Hidra
Número de páginas: 279
Precio: 15 €

Sinopsis: En La Tierra, en el año 2116, la gente debe morir a los 21 años, edad máxima acordada para combatir la superpoblación mundial. Al cumplir 21, debes acudir voluntariamente a que te administren el Sueño, si no, un Vigilante te perseguirá y te dará caza. Pero, ¿qué pasa cuando es un Vigilante el que escapa?




   Esperaba bastante más de este libro, recientemente reeditado, pero todo un clásico de la ciencia-ficción distópica. No había visto la película ni conocía realmente el argumento antes de adentrarme en su lectura, así que ha sido toda una sorpresa. 


   Tiene esa narración reposada y un poco cargante de las obras de los años 60, en tercera persona del pasado, con algunas partes un tanto confusas y un final un pelín precipitado. La acción arranca prácticamente al principio del libro, y asistimos a tiempo real a la fuga de Logan, un Vigilante que, al llegar su 21 cumpleaños, decide que no quiere morir y se escapa. Aunque eso de que lo decide es más bien cuestionable, porque he tenido la impresión de que casi se dejaba llevar y ya que se estaba escapando, pues bueno. 

   El argumento es bueno, pero la historia me ha cojeado por muchas partes. Primero, que del mundo en el que vive Logan, en el que la gente vive hasta los 21 años, sabemos bien poco. Y lo poco que sabemos, lo van soltando de forma abrupta a lo largo de la novela. Me han quedado muchas dudas, y hay cosas que, incluso, habría sido mejor no mostrar. 

   Es un mundo devastado, arruinado por unas guerras, con algunas ciudades totalmente arruinadas... y sin embargo, apenas hay descripción. Es sobre todo la narración de los hechos, del camino que toman Logan y su acompañante Jess, en su fuga. 

   Cómo no, hay una historia de amor, forzadísima, metida con calzador, que me hace pensar que tal vez, fue imposición del editor. Desconozco el dato, pero me sobra tanto que no me extrañaría. 

   Me llama mucho la atención de este libro que se refiera a chicos de 16 años como "hombres y mujeres". No deja de asombrar, claro, pero muriendo a los 21 años, no es tampoco de extrañar. 

   En definitiva, es una historia que daba mucho de sí, que me ha resultado entretenida pero confusa, y que me ha dejado la sensación de haber leído algo incompleto. Como distopía es muy interesante, aunque apenas sepamos nada de ese mundo, salvo que tienes 21 años de vida, que las drogas y las "casas del placer" están a la orden del día, y que, si no quieres morir, tendrás que ser más rápido que los Vigilantes y sus armas. Y aún así, lo tienes difícil. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Fahrenheit 451, Ray Bradbury

Autor: Ray Bradbury
Editorial: DeBolsillo
Número de páginas: 175
Precio: 8,95 €

Sinopsis[de la contraportada]: Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios  sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza... 


   Leí esta novela por primera vez hace muchos, muchos años, y ya le iba tocando una relectura. Lo tenía pensado incluso antes del fallecimiento de Ray Bradbury, así que con ese triste acontecimiento tuve el impulso final. 

   Es una novela breve, concisa, que va al grano enseguida y, además, a donde duele. Porque, ¿qué le puede doler más a un lector que ver cómo queman libros? Los libros están prohibidos, pero aún unos valientes poseen ejemplares y los esconden y los guardan como oro en paño, pero los bomberos terminan encontrándolos. Quizá un chivatazo de un vecino, que ha podido ver una página en un descuido, les cause la ruina. 

   Las casas están hechas a prueba de fuego, la gente se instala pantallas gigantes de televisión donde asisten a espectáculos de circo, como la telebasura actual llevada al extremo, puesto que la televisión interactúa contigo. Estas pantallas de televisión ocupan una pared entera y lo deseable es tenerlas instaladas en las cuatro paredes. Una locura...

   Está estructurada en tres partes, como distintas fases de un viaje. En la primera, conocemos a Montag, que realmente disfruta de su trabajo, no se plantea nada más... hasta que conoce a Clarisse, la joven vecina de enfrente, que con sus preguntas insidiosas, le hace pensar... y pensar es algo muy peligroso. En la segunda parte, Montag va descubriéndose a sí mismo, empieza a darse cuenta de ciertas cosas... y la parte final es el increíble desenlace a esta historia. 

   Narrado en tercera persona, siempre desde la perspectiva de Montag, sabemos lo que él sabe y nada más. Es una narración sencilla, como suele ser habitual en este autor, que se lee enseguida y engancha bastante. 

    La parte distópica es indiscutible. No hay mención al tipo de Gobierno, pero poco a poco se ha ido obligando a la gente a no leer, se han prohibido los libros y han empezado a quemarse, y se ha alienado a la población con la televisión, los anuncios del metro y la publicidad. No sé a vosotros, pero a mí esta última parte me suena muy, muy cercana. Un mundo horrible, en guerra inminente sin que le importe a nadie porque están más preocupados por gritarle a la televisión... y lo peor es que la televisión les responde. 

   Reconozco que fue una lectura más impactante la primera vez que lo leí. Ahora, no sé si porque he leído más en general, y de esta temática y este autor en particular, no me ha producido esa sensación de desasosiego de la primera lectura. Quizá también ha faltado el elemento sorpresa. Pero aún así, es una grandísima lectura, casi diría que obligatoria, para todos los amantes de los libros. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Recordatorio distopías ya reseñadas en el blog

   A lo largo de los dos años y pico que tengo el blog en marcha, han sido unas cuantas las novelas distópicas reseñadas. No voy a volver a colgarlas una por una, pero sí que os las quería recordar dentro de este mes distópico. Son las siguientes: 

- V de Vendetta, de Alan Moore y David Lloyd

- El juego de Ender, de Orson Scott Card

- El Pasaje, de Justin Cronin (que le pasa lo mismo que a La Carretera, los límites entre post-apocalíptico y distopía son muy, muy finos, y hay quien considera que hay un tipo de distopías post-apocalípticas). 

- Los hombres sobran, de Ezequiel Tambornini. 

- Los juegos del hambre, de Suzanne Collins (trilogía).

- Juntos y Juntos: Caminos cruzados, de Ally Condie. 


   Podéis hacer click en cada título y os llevará a las correspondientes reseñas. Espero que os guste recordarlas.

   También hice una entrada recopilando las distopías de Stephen King cuando realicé el índice. No profundizo demasiado en los libros y están mezclados con ciencia-ficción, pero podéis recordarlo aquí

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La Carretera, Cormac McCarthy

Título original: The road
Autor: Cormac McCarthy
Editorial: DeBolsillo
Número de páginas: 210
Precio: 7,95 €

Sinopsis: Un padre y un hijo recorren Estados Unidos con un carrito que contiene todas sus posesiones. Pasan hambre, no hay nada que comer, algo ha devastado el país (o tal vez el mundo) y una enorme capa de ceniza lo cubre todo. Tienen que viajar con cuidado, esconderse de "los malos" y protegerse del frío. Nada de esto será fácil en el mundo duro y árido en el que ahora viven. 


   He dudado mucho en incluir o no este libro en este especial distópico porque no me termina de parecer una distopía. Si lo he incluido es porque hay quien considera que las novelas post-apocalípticas son un tipo de distopías, porque en un sentido muy, muy amplio ese mundo es totalmente distópico a pesar de no existir una sociedad ni un gobierno organizado y, por qué no, para generar un poco de debate. 

   Antes de enfrentarme a esta lectura mucha gente me avisó. Que si se hace muy duro, que si resultado difícil de leer... Y, sin embargo, me adentro en ella, y me parece de todo menos eso. Lo que cuenta es duro, sí, muy pesimista, desolador... Pero la narración es fluida, sencilla. Una narración en tercera persona del pasado, con personajes sin nombre, y con los diálogos incluidos en la narración y no separados por guiones ni indicando "dijo tal" o "respondió cual". Sin embargo, sí que están separados en líneas diferentes, al menos la mayor parte del tiempo, lo que facilita entender las conversaciones. 

    No tiene división de capítulos, sino pequeños párrafos que van narrando la acción. Esto hace que sea muy fácil interrumpir la lectura pero a la vez crea enganche. El "venga, un párrafo más" ha sido la tónica general de mi lectura, y así terminaba leyendo 20 páginas del tirón. 

   Es una novela que yo compararía con los golpes de un martillo. Apenas describe la situación, ni la geografía que recorren, más bien se dedica a contar lo que va pasando. Casi siempre con frases cortas, que crean esa sensación de golpes de martillo. Esto es muy, muy efectivo para el tipo de clima que el autor pretende crear, para involucrar al lector en ese mundo asfixiante y horrible en el que se mueven los protagonistas. 

   Es un libro que me ha gustado, pero no se puede decir que lo haya disfrutado porque sonaría salvaje. Me habría gustado saber más de lo que ha pasado en el mundo, aunque reconozco que explicar eso habría destrozado esta novela. 

   Es la primera vez que leo a este autor, no sé si escribe siempre así, o es algo que ha utilizado sólo en este libro, pero desde luego tiene un estilo propio que consigue que el lector se meta muchísimo en la trama y sienta la desolación de los personajes. No es un libro para todos, ni para cualquier momento, pero desde luego es una grandísima novela. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

La naranja mecánica, Anthony Burgess

Título original: A Clockwork Orange
Autor: Anthony Burgess
Editorial: Minotauro
Número de páginas:
Precio: 17,95 €

Sinopsis: Después de ser varias veces arrestado y llevado a un correccional, el joven Álex se ve en la cárcel por un acto de violencia extrema (uno en el que le pillan, que cometer, comete muchos). Allí, tras dos años de encierro, le dan la oportunidad de "curarse" con un nuevo método experimental, con lo que podría estar en la calle en dos semanas. No duda en aceptar, pero ignora lo que le espera. 



   Al poco de empezar esta novela, ya estaba pensando en abandonarla. Resulta muy difícil meterse en la historia, avanzar en la trama, porque se entiende tal que la mitad. Está escrito con una jerga inventada (nadsat) que se supone que mezcla ruso con inglés, y aunque al final del libro viene un glosario, lo de ir mirando cada palabra hace la lectura mucho más lenta todavía. 

   En vez de dejarlo tirado a la primera de cambio, seguí. Y cuando llegué a la mitad del libro, me alegré de ello. Es un libro corto, así que a nada que uno se esfuerce se va avanzando. 

   Está escrito, como digo, en la jerga nadsat, que se supone que es la que hablan los jóvenes. La historia nos la cuenta el propio Álex, un muchacho que no tiene desperdicio. Roba, apaliza, viola... y todo por el placer de hacerlo, sólo por ser violento. Ha estado dos veces en un reformatorio, pero le da igual, porque sigue delinquiendo. Las calles por la noche son de los jóvenes, ningún adulto se atreve a salir. Lo narra en pasado, siempre, hilando los acontecimientos un poco como le parece. 

   Me ha encantado toda la parte de aleccionamiento. Si hay imágenes míticas de la adaptación cinematográfica de esta novela, es la del protagonista con los párpados sujetos por un aparato obligándole a mirar una pantalla. Creo que esa es la parte que más me ha gustado, en la que él va describiendo lo que le pasa pero no tiene ni idea de por qué. 

   La jerga, al mismo tiempo que es un inconveniente para avanzar en la lectura, hace más llevaderas las descripciones de actos de violencia y violaciones, lo cual seguro que es una alegría para los estómagos más sensibles. 

   Como curiosidad, esta novela se publicó tanto en Estados Unidos como en España (nos llegó la versión de USA) sin el último capítulo. Está estructurada en 3 partes de 7 capítulos cada una, y el capítulo 7 de la tercera parte fue censurado en esa primera versión. ¿Por qué? A los editores no les gustó y, honestamente, a mi tampoco demasiado. Me ha parecido un tanto forzado y repentino, pero de todas formas, casi prefiero leer la versión del autor que la del editor... 

   Comentar que como novela distópica es más bien escasita. No sabemos apenas nada del Gobierno, sólo se deja intuir que es un Gobierno opresivo, pero sin saber muy bien por qué. La sociedad supongo que sí se podría decir que es distópica en el momento en el que las calles no son seguras porque la juventud en general se dedica a recorrerlas por las noches dando palizas y violando mujeres, se meten en casas ajenas para lo mismo, etc. 

   Tiene una adaptación cinematográfica, tanto o más conocida que la novela, llevada a cabo por Stanley Kubrick en los '70, que aún no he visto (la empecé a ver hace años y nunca la terminé).

   Es una novela muy violenta, pero que me ha gustado mucho. Imposible recomendar, entre la violencia y la dificultad de lectura por la jerga nadsat... pero si os atrevéis a leerla, no creo que os defraude, a mí, desde luego, me ha gustado bastante.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

1984, George Orwell

Autor: George Orwell
Editorial: Austral
Número de páginas: 399
Precio: 7,95 €

Sinopsis: Es el año 1984 y Winston Smith trabaja para el Partido Exterior. Todos obedecen al Partido que hace cumplir las órdenes directas del Gran Hermano. Las telepantallas vigilan todo lo que haces, y cualquier tic involuntario, unas palabras murmuradas en sueños o una expresión desafortunada, te pueden hacer valer una visita al Ministerio del Amor. Oceanía, la nación en la que Winston vive (concretamente en Londres, Inglaterra) está en guerra constante con Eurasia y aliada con Asia Oriental. Pero Winston sabe que esto no ha sido siempre así...

[He puesto la portada de otra edición porque la de Austral no tiene imagen de cubierta]


      Empezar a hablar sobre 1984 es hacerlo sobre una de las grandes novelas de todos los tiempos. Es más breve de lo que uno podría imaginar, menos de las 399 páginas que tiene la edición de Austral, ya que incluye una larga introducción y una guía de lectura al final que he ignorado alegremente. Es una novela ágil de leer, pero que nos trae una historia muy dura, que a veces me sonaba tan cercana que da miedo. 

   Escrita en tercera persona del pasado, pero desde el punto de vista del protagonista, Winston Smith, nos va mostrando la sociedad en la que vive. Es una sociedad distópica casi de manual, donde un Gobierno totalitario hace cumplir sus duras leyes basándose en el miedo a la Guerra, en la necesidad y en el amor al Gran Hermano

   Este Gobierno dictatorial se sustenta en tres lemas: 

LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

   ¿Qué mejor forma de tener controladas a las masas que aterrorizadas con bombas que caen del cielo enviadas por el enemigo? Así, nunca se quejarán cuando haya escasez de alimentos. Y si no saben lo que pasa a su alrededor, poco daño pueden hacer, quedando reducidos a borregos que viven por y para el Partido

   Me ha sorprendido mucho la forma que tiene este Gobierno de controlarlo todo, de manipularlo todo para que coincida con lo que les interesa. Así, a los miembros más bajos de la Sociedad, los proles, los tiene medio olvidados, siendo conscientes de que no suponen una amenaza. Les proporcionan entretenimiento y así no se sublevarán, y sólo piden de ellos un sentimiento patriótico escaso, el suficiente para que no protesten cuando se reduzcan las raciones de comida o tengan que trabajar horas extra. 

   En los miembros del Partido el caso es distinto. Recurren a algo llamado doblepensar, que consiste en el autoengaño, algo muy difícil de realizar y que sólo se puede si eres extremadamente inteligente... aunque si eres demasiado inteligente también eres muy consciente de lo que estás haciendo. 

   El Partido se mete en todo: la libertad de la gente, la familia, los lazos con los demás... Todos viven pensando que no pueden confiar en nadie, por si ven algo en ellos que les pueda valer una denuncia ante el Partido. Los niños se convierten en espías que denuncian a sus padres, rompiendo así los nexos familiares. Todo lo ha destruido el Partido, hasta la propia identidad, el yo individual ya no existe. Controlan hasta el idioma, cambiándolo de tal manera que no puede expresar ideas o pensamientos complejos, evitando así que puedan difamar contra el Partido.

   Estructurada en tres partes diferenciadas, en la primera vemos que Winston Smith no es como los demás, sabe que el Partido está podrido y que todo lo que hacen está mal, pero no le queda más remedio que ocultarlo. En la segunda, se desarrolla su rebelión, y tiene lugar casi la totalidad de su historia de amor con Julia. Y la tercera parte, es el desenlace inevitable de lo anterior. 

   Una novela que hace pensar, que retuerce algo por dentro y que te hace darte cuenta del enorme poder que tiene la información. Una novela dura, afilada como un cuchillo, que se mete en las entrañas y se te clava. Una novela imprescindible, un clásico entre clásicos, que todo el mundo debería leer. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Especial Distopías: Introducción

   Soy lectora voraz desde que recuerdo, y hace muchos años descubrí un género que me encanta: las distopías. Fue antes del boom que dieron en literatura juvenil, así que leí las distopías clásicas que iba encontrando, poco a poco y saboreándolas. Después se publicaron Los juegos del hambre y hubo un bombazo, fue todo un éxito, y, como todo lo que tiene éxito, salieron multitud de novelas de la misma temática. Surgió lo que podemos llamar distopía juvenil. 

   Pero... ¿qué es una distopía? Últimamente, paseando por la red, he llegado a la conclusión de que la gente no lo tiene nada claro y esto es lo que me lleva  hacer esta entrada. 

   Según wikipedia, una distopía es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. Se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia, frecuentemente emplazada en el futuro cercano, donde las consecuencias de la manipulación y adoctrinamiento masivo -generalmente a cargo de un Estado autoritario o totalitario- llevan al control absoluto, condicionamiento o exterminio de sus miembros bajo una fachada de benevolencia

   Personalmente, a mí me queda muy claro con esta definición, pero visto lo visto, voy a intentar explicarlo lo mejor que pueda. Una novela es distópica cuando la sociedad que se refleja ahí es contrario a lo que sería ideal. Cuando hay un control extricto por parte del gobierno, no hay libertades y, sobre todo, no se puede criticar al gobierno sin arriesgarte a una muerte. 

   El problema es que distopía engloba algo que puede ser muy amplio, o que se puede explotar de distintas maneras, y así tenemos las distopías tal cual, en la que los protagonistas saben que viven en un mundo de mierda (ups) pero no les queda otra que aguantarse; y las distopías encubiertas, en las que vamos descubriendo lo podrida que está la sociedad a la par que el protagonista. 

   Y aquí es donde viene el conflicto. Hay quien no considera distopía a lo primero, y sí a lo segundo. Craso error, porque, da igual el punto de vista, lo que importa es que el gobierno o sociedad que conforma ese mundo están mal y someten a la población, da igual la forma (bajo una obligatoriedad en leyes o a mediante el miedo), lo que importa es el fondo. 

   Las distopías no han surgido ahora, evidentemente, es un género que surgió a finales del siglo XIX y tuvo su auge en los años 50. Surgieron como forma de crítica a algo, siempre relacionado con el contexto social de la época. Por ejemplo, La máquina del tiempo es, además de una obra de ciencia-ficción magnífica, una distopía con un mensaje perturbador [SPOILER] al presentar a los morlock como la clase baja que devora a los que están arriba, los eloi [FIN DE SPOILER]. Otras critican a dónde se puede llegar con el socialismo, el control social y el consumismo. Ahí tendríamos Un Mundo Feliz o 1984, por ejemplo. Alguna distopía más reciente ha tratado de ver los peligros de los reality shows, como puede ser El fugitivo, de Stephen King

    No hace falta que la sociedad sea clásica, con su administración e infraestructuras para que se pueda considerar distópica. En El señor de las moscas vemos cómo se forma un gobierno, y es totalmente antiutópico. Son niños en mitad de la selva, sí, pero han conformado una sociedad y si esa sociedad es todo lo contrario a lo que sería ideal ya está, estamos ante una distopía.

    ¿Por qué no hace falta que la gente crea que vive bien y realmente no es así para que sea distopía si en la definición pone que controlan a la gente bajo una fachada de benevolencia? Pues porque benevolencia no equivale a engaño, así de simple. Benevolencia significa que no te recogen en camiones a la fuerza para llevarte a la arena de Los juegos del hambre, por ejemplo. Significa que, de una forma u otra, te hacen cumplir la ley, aunque no te guste, no te queda más remedio. 

   Podría estar hablando eternamente de este tema y no me cansaría, pero como no me apetece hacer una tesis, lo dejo aquí. Podéis ver en wikipedia la lista de lo que ellos consideran distopías (como digo, no es una ciencia exacta, a veces es muy difícil encuadrar un libro en un género u otro), por si os apetece curiosear.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...