viernes, 26 de septiembre de 2014

Chavs: La demonización de la clase obrera, Owen Jones

   Decidí leer este ensayo porque me lo recomendó una de las personas más brillantes e inteligentes que conozco, con la que comparto bastantes gustos en la ficción y porque necesitaba leer algo que fuera en cierta medida un reto intelectual. Sabía que iba a ser una lectura más difícil que si me estuviese leyendo un libro de ficción, pero lo he afrontado desde las ganas de adquirir más conocimiento sobre un tema del que, por desgracia, sabía menos de de lo que pensaba.

   Chavs es el término despectivo por el que los ingleses se refieren a los de clase trabajadora. Por las descripciones que aparecen en el libro, creo que el equivalente sería cani o choni: alguien sin estudios, sin poder optar a trabajos cualificados, que vive en barrios marginales y viste con ropa deportiva barata.

   El libro analiza desde varios puntos qué ha pasado con la clase trabajadora, que hace pocas décadas tenía su prestigio y sus trabajos eran vistos como necesarios, y poco han ido pasando a la categoría de ¿esclavos? Casi se espera que los más pobres roben, defrauden a Hacienda y no quieran trabajar cuando la realidad actual es que no hay trabajo. Ni en UK ni en España, porque aunque el libro trata el tema desde el punto de vista del Reino Unido, hay tantísimos paralelismos a la situación actual española, que podría estar describiendo nuestro país.

   Me ha gustado mucho la forma de exponer los problemas, capítulo a capítulo va analizando un tema en cada uno: cómo trata la prensa a la clase trabajadora, qué han hecho los políticos, qué ha pasado con el trabajo, etc.

  Es curioso que se culpe a los chavs de ser unos vagos y no querer trabajar cuando poco a poco han ido destruyendo sus oportunidades laborales. Durante los años 80, hubo una crisis similar a la actual pero con las fábricas en vez de los bancos como protagonistas. Entonces dejaron que las fábricas se hundieran y se las llevaran a otros países para contratar mano de obra más barata. A los bancos, no. A los bancos se les insufla la cantidad de dinero que sea necesaria y no nos damos cuenta de que son empresas al igual que las fábricas y que si están mal gestionadas, alguien tiene que pagar esas consecuencias (como en  Islandia, por cierto, donde no rescataron a los bancos, encarcelaron a los culpables y están considerablemente mejor que nosotros).

   Hay situaciones que verdaderamente cabrean. Se les exige a los de abajo que hagan esto o lo otro, o se les culpa de defraudar al estado, cuando el verdadero problema está arriba.

   Es una lectura que me parece obligatoria estos días. No es muy ardua, Jones se ha preocupado de que resulte asequible, y no un aluvión de datos y más datos, así que no hay excusa. Hay temas que tenemos que conocer porque son parte de nuestro día a día, y el que trata este libro, es uno de los más importantes.


   En definitiva: que hacer caso de las recomendaciones de mi brillantísima amiga es una decisión más que acertada. 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Canción de Hielo y Fuego: Juego de Tronos, George R.R. Martin.

   Conocí estos libros hace muchísimos años, mucho antes de la serie y de su boom, y tenía claro que quería leerlos, pero quería hacerlo cuando a mí me apeteciese, no porque me lo dijeran los demás. 

   Nunca se dio ese momento, y el exitazo de la serie, que provocó que estuviera en todas partes, no ayudó. Amigos insistiendo muy pesados en que tenía que leerlo, tampoco.

   Hasta que, un día, sin más, de repente, se me antojó. Me apetece leer Juego de Tronos, me dije, y dicho y hecho. No sé si ha sido un acierto o un error porque por un lado me ha gustado muchísimo, pero por otro me he metido en una (otra) saga que además engancha muchísimo.

   Es una novela río alucinante, y es una de las cosas que me echaban para atrás: demasiados personajes para una memoria tan pobre como la mía. Al menos tengo la esperanza de que mueran a mansalva, como afirma todo el mundo (“no te encariñes con nadie”, dicen), y que sea menos difícil de seguir más adelante. De momento hay secundarios cuyo nombre no puedo ni recordar, y que vuelven a aparecer tras unos capítulos y he olvidado quiénes eran.

   Me ha gustado mucho, como he dicho antes. La creación de los personajes es absolutamente perfecta, con tantísimos como salen es muy difícil que cada uno sea individual y no se pierdan en una bruma desdibujada, pero Martin lo consigue. Y consigue que te posiciones en un bando para, estoy segura, más adelante hacerte dudar. De momento tengo personajes favoritos pero no he querido “elegir” ninguna de las casas porque estoy segura de que más adelante me sorprenderá.

   Esta historia está inspirada en la Guerra de las Dos Rosas, una guerra de sucesión al trono inglés que tuvo como resultado el nacimiento de la casa Tudor. Muchos de los personajes protagonistas tienen su correspondiente homónimo en la historia, e incluso los nombres de las casas son similares (York y Lancaster aquí se convierten en Stark y Lannister). Afortunadamente, sé bien poco de esa guerra, y espero que al final Martin nos sorprenda y su historia no termine como la real.

   Es un libro ambicioso, una saga en cierta medida “pretenciosa” por todo lo que pretende abarcar, y sólo espero, ahora que ya estoy metida en ella, que no se le vaya de las manos, y que consiga darle un buen final.

  
   Por lo demás, muy recomendable. Fantasía, intriga palaciega, misterios, personajes magistrales, narración aún mejor… Una novela de 10. 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

El curioso caso de Benjamin Button, F. Scott Fitzgerald

 No había leído nunca nada de este autor pero ganas no me faltaban, y rebuscando entre mis lecturas pendientes en el kindle, encontré este relato, bastante breve, acerca de un hombre que nace siendo anciano y cada vez va rejuveneciendo más. Lo conocía por la película, claro, aunque aún no la he visto, pero me ha sorprendido mucho leerlo. 

   Es muy breve, se lee de una sentada, con un estilo limpio y sin artificios, pero a la vez muy elegante. Me ha encantado ese estilo de Fitzgerald, y su capacidad para hacer crítica social con apenas un par de frases. La mordacidad y la ironía están presentes en todo el relato, al presentarnos a una sociedad acomodada estadounidense, más preocupada por las apariencias que por cosas realmente importantes. 

   No profundiza demasiado en los personajes, pero con un par de pinceladas ya sabemos lo más importante de ellos, y la verdad es que en tan poquitas páginas tampoco da tiempo a más. 

  Una lectura muy recomendable, y un autor del que leeré más, seguro. Tan seguro como que ahora mismo estoy con El gran Gatsby.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Comer animales, Jonathan Safran Foer

   Leí este libro porque lo vi recomendado en una página de nutrición. Sí, sí, de nutrición. Me gusta ver opiniones de expertos del tema y no fiarme de lo que se ha dicho siempre. Así descubrí que, si bien el plátano contiene más calorías que una manzana, como pesa bastante menos, el aporte calórico va a ser similar. El caso es que quería leerlo porque quería saber cómo llegaba a los platos esa carne, cómo la procesaban y demás, que es de lo que trata este libro.
   No es una defensa del vegetarianismo ni del veganismo, aunque sí que es cierto, como el propio autor comenta, que si la gente supiera cómo ha llegado al mercado ese pollo, o ese cerdo, se plantearían no comer carne y la mayoría dejarían de hacerlo en el momento. No es un problema de si es ético o moral comer animales, sino del proceso mediante el cual se obtiene esa carne, que ha pasado de unas granjas tradicionales, con su granjero, los animales esparcidos por el campo y demás, a la producción en serie de kilos y kilos de carne, en granjas industriales. Se ha cosificado a los animales, de tal manera que parecen piezas en una cadena de montaje. 
   Me parece importante leer este libro, no para dejar de comer animales, sino para tratar de mejorar el sistema. El precio de la carne no ha subido como ha subido todo lo demás, es el más bajo de la historia, y la sociedad actual consume más carne que ninguna otra a lo largo de la historia. No es porque la necesitemos, realmente nuestras necesidades nutricionales son muy inferiores al consumo actual, pero supongo que tras dos guerras mundiales y períodos de racionamiento, una vez que se supera eso, se va al extremo opuesto. Es la única explicación que encuentro para esa “fiebre de la carne”.
   No quiero entrar en detalles de las cosas que hacen a los animales, pero sí diré algo: son los granjeros industriales (al menos en USA) los que eligen qué procedimientos están permitidos y cuáles no, de tal manera que si deciden que es una mejora para la productividad cortarles el pico a los pollos, se elimina de la lista de maltrato animal y ningún problema. Y lo hacen, que es lo peor.

   De verdad que os recomiendo leer este libro, para plantearos qué queréis llevaros a la boca. No hablo del sufrimiento de los animales, sino de la calidad de la comida. Es una lectura muy dura en muchas ocasiones, pero necesaria.  

viernes, 12 de septiembre de 2014

Mientras tanto... en Londres, Rebeca Rus

   Poco antes de irme de viaje de Semana Santa a Londres me apetecía leer algo que transcurriera en esa ciudad. Seguro que hay infinidad de clásicos y obras magnas de la literatura, pero a mí me apetecía leer algo ligero y el título seleccionado fue este: Mientras tanto en Londres, de Rebeca Rus. De esta autora había leído Sabrina 1, el mundo 0 que, si bien me gustó, me pareció muy exagerado y con muchos puntos cercanos al mal gusto.

   Iba preparada para encontrarme algo por el estilo, pero la verdad es que me sorprendió gratamente lo que me encontré. Sí, es una autora que tiende a la hipérbole como recurso; sí, es una lectura ligera a la que no hay que pedirle demasiado; y sí, lo disfruté un montón. Yo confieso que me lo paso genial leyendo chick-lit. (imaginadme con un cartel negro tapando mis ojos al decir esto)
   Fue una lectura muy divertida, entretenida, que me tuvo pegada a sus páginas (virtuales, porque lo leí en el kindle), y que disfruté enormemente. Londres sale menos de lo que yo quería, pero para cuando me di cuenta estaba tan enganchada a la historia que me dio igual. También me dio igual que el final fuera predecible porque, honestamente, cuando leo un libro de este estilo espero que termine de una determinada manera y la decepción sería que no lo hiciera.

   Así que, vaya, si os gusta el chick-lit y queréis una lectura ligera este libro es muy recomendable. Evidentemente no le pidáis peras al olmo, y no pretendáis que cambie los esquemas literarios actuales porque, aunque es entretenido y demás, no lo va a hacer.  
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